LA MUJER Y SU ADULTES

Me pregunto qué hacer con estas mujeres que, al llegar a una edad madura, digamos que, pasados los 50 años, se culpan y no aceptan vivir su adultez (con todo y lo que implica) libres y felices. No estoy diciendo que estar en edad adulta (porque a algunas de nosotras el tema de la edad nos cuesta un poco) deban vivir como la abuelita dependiente que solo espera la hora de su partida. NO, yo me refiero y hablo de aquellas mujeres que todas sus vidas fueron productivas, que son un ejemplo de tenacidad y fuerza, a las mujeres que la vida no les fue tan fácil y que tuvieron que abrirse paso con sus propias manos.

Hablo de esas mujeres que se olvidaron de SER mujeres y que se convirtieron en mamás incondicionales, abuelas, hijas, tías y todos los roles que les cabe, pero que olvidaron que eran unas grandiosas y “tan solo” MUJERES. Estas mujeres cuando llegan a la edad adulta, ¡sí que sufren!, no aceptan ni viven su adultez con dignidad, piensan que por no poder hacer eso que hacían cuando eran más jóvenes, en la mayoría de casos vivir los problemas de sus allegados como propios y resolverlos, ya no son útiles en este mundo. Piensan que, por no hacer, lo que cuando niñas les dijeron que debían hacer, lo que la misma sociedad les inculco pensar, lo que la religión les impuso creer, ya no son valiosas y que su paso por este mundo ya no es significativo.

Estas hermosas mujeres que ahora llamamos abuelas en su mayoría se sienten deprimidas y lo peor de todos, se sienten incapaces de vivir su hermosa edad adulta con dignidad. Cómo decirles a estas hermosas princesas que estar “mayor” y en algunos casos con limitaciones causadas por su estilo de vida, estilo que claro está, siguieron porque nadie les dijo que se podía vivir de otra manera. Que están ¡VIVAS! Sí, vivas, que pueden vivir, que tienen el permiso de pensar en ellas, que es hora de que se re encuentren con ellas y puedan hacer lo que ellas quieran, no lo que les “toca”, cómo decirles que está bien no tener la misma agilidad, fuerza, destreza y retentiva que antes, que pueden SER felices aquí y ahora, que el solo hecho de respirar y continuar alegrando la vida de sus familias por estar presentes las hace UNICAS y maravillosas.

Cómo decirles que no es tarde, que nunca ha sido tarde para que sean ellas, para que se muestren sin temor, para que vivan las experiencias que desean vivir, que no son responsables por lo que les pasa a sus seres amados, que ellas no tienen que seguir viviendo para y por los demás, que HOY si ¡Hoy! es el día para dibujar una sonrisa en sus rostros, para pensar en lo que les gusta y para enfocarse en lo que quieren y no en lo que no hicieron. Hoy es el día para invitarlas a que se dejen de juzgar por lo que fue y no fue, por lo que es y quería que fuera, por todo. Hoy es el día de abrazarlas de contarles que está bien SER ellas y que con su felicidad irradiarán a todos de amor, bienestar y paz.

¡Hoy es el día!, así que tú que me lees, cada que puedas recuérdale a esa gran mujer adulta que llevas en tu corazón o que miras en el espejo, que todo lo que hace está bien y que es hora de que viva por ella y para ella. ¡Es ahora o nunca!

Te envío un abrazo lleno de luz y amor 🌟💓.  

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