Y entonces… cuando te encuentras gratamente sorprendido por el universo, cuando te llega “eso” que has pedido, pero te quedas atónito, no entiendes como ocurre esto, incluso en ese momento te sientes indigno, como que piensas “Dios, estas seguro” y sigues terco, resistiéndote a recibirlo, incluso propones en no recibirlo todo, como si no fueras digno merecedor de toda esta bondad y prosperidad. ¡Ay Dios! … que nos pasa, somos muy chistosos (digo somos para quien se identifique conmigo al leer esto) tanto que le pedimos a dios, tanto que deseamos, y cuando Dios lo da… Plop! Lo primero que hacemos es no sentirnos merecedores, incluso hasta rechazamos vivir esa realidad que tanto hemos soñado. Y esto ¿por qué?, porque nos han inculcado que no somos merecedores de vivir en un milagro, que la vida no puede ser fácil y sencilla, que se debe sufrir para conseguir «algo». Que tan equivocados que hemos estado y que tanto nos cuenta aceptar los regalos del universo.
Te invito a ti, que, si te pasa como a mí, lo sueltes y te permitas aceptar ese regalo, esa bendición en tu aquí, en tu ahora, te sientas merecedor y vivas en gratitud, pensado que Dios/ el universo / la vida, tiene tanto para ti. Es un proveedor infinito de bendiciones y no tiene nada que restringirte.
Te envío un abrazo lleno de luz y amor 🌟💓.