Querida mía, estamos tan habituadas a sentirnos mal, a que algo falte, como dice un dicho muy popular “nada es perfecto”, es tan popular que llega a marcar nuestras vidas, es una creencia bastante aceptada por nuestras familias y nuestro entorno (no me refiero a todos, solo a los que culturalmente tienen este pensamiento) llegamos a crecer con esta idea y de adultos la experimentamos como una realidad.
Hoy estoy aquí para sugerirte que pares con este pensamiento, hoy te quiero contar que no es cierto, todo es perfecto tal y como es ahora, las cosas trabajan siempre para nuestro mayor bien, no existen los fracasos, sino oportunidades de mejora.
Justamente hace varios días me he venido sintiendo un poco intranquila, un poco inconforme y hoy justo un día normal, donde no pasa nada extraño, siento paz, tranquilidad, armonía y me digo “uy tan chévere hoy no me he sentido como los días anteriores” continua mi día y sigo experimentando la sensación, era tan raro en mí que realmente me llamaba la atención sentirme así de bien, era tan diferente. En un momento llega la inspiración y digo ¡oww! si es posible sentirse plena, tranquila, feliz, alegre sin ninguna razón aparente … Este querida mía es el estado al que debemos apuntar diariamente, si es posible, si existe y no tienes que hacer nada extraordinario, solo; disfrutar de ti, de tu compañía, agradecer cada cosa por insignificante que parezca, callar esa historia mental que te cuentas día a día donde lo único que hace es hacerte perder fuerza, motivación y alienación con esa fuente/ poder/ divinidad que habita en ti y sostiene todo cuanto te rodea en este mundo.
Estoy muy feliz de poderte compartir esta experiencia y te invito a que te sintonices para que experimentes este estado de plenitud y armonía cada día.
Te envío un abrazo lleno de luz y amor 🌟💓